En el tumultuoso telón de fondo de la revolución boliviana, un cantautor crudo y talentoso llamado Nilo emerge del corazón de la pobreza para iniciar su propia revolución a través del poder de la música.

Como un talento joven y en ciernes, las conmovedoras melodías y letras de Nilo captan la atención de uno de los maestros musicales más reconocidos de Bolivia. La recomendación de este mentor impulsa a Nilo a los sagrados pasillos de la prestigiosa Universidad de Sucre a una tierna edad, donde florece su destreza musical. Entre sinfonías y sonetos, casualmente se encuentra con su musa y amada, Olga.

Al graduarse, Nilo asume el papel de profesor de música, impulsado por un compromiso inquebrantable de ofrecer a los niños de Bolivia un futuro mejor. En busca de aliados para su causa, encuentra un socio poco probable en el Partido Comunista de Bolivia, conocido como PCB.

Dentro del PCB, las melodiosas protestas de Nilo, en coautoría con el agitador poeta Oscar Alfaro, lo impulsan a la vanguardia de la dirección del partido. Con nuevas convicciones, choca con el gobierno opresivo, un dictador empeñado en erradicar el comunismo de la nación. Nilo se convierte en un objetivo, sufre una cruel captura y tortura, y es exiliado por la fuerza a Venezuela.

En esta tierra extranjera, las canciones de protesta de Nilo resuenan como el himno de la revolución y su voz resuena más allá de las fronteras. Se convierte en el espíritu de la lucha lejana de Bolivia.

Cuando finalmente regresa a su tierra natal en la década de 1980, la Bolivia por la que alguna vez luchó ya no es la utopía que imaginó. El mismo partido comunista que defendió se ha transformado en una dictadura y ahora alberga a los mismos miembros a los que alguna vez se opuso.

Somos testigos de un hombre dividido entre las decisiones de su juventud y su inquebrantable dedicación para mejorar las vidas de los niños de su nación. Con el corazón cargado de arrepentimiento, Nilo recurre a las inquietantes melodías de su música para guiarlo de regreso a casa, navegando por las traicioneras aguas de su propia revolución.